jueves, 2 de diciembre de 2010

Sugerencias para el Cuidado Diario de los Hijos


por

María Teresa Alicia Silva y Ortiz
Psicopedagoga por la UNAM de México

1. Empezar el día con una sonrisa y un beso o alguna
caricia, en lugar de tener un clima de tensión:
gritos, regaños, prisas, emergencias en los últimos
minutos. Las prisas antes de ir a la escuela crea
disgustos.

2. Retomar el horario que se tiene regularmente los
días de escuela: para descansar (levantarse y
acostarse), comer, actividades.

3. Establecer una rutina diaria que permita fomentar
hábitos básicos: aseo, orden, respeto,
responsabilidad, etc.

4. Asignar un lugar y horario para estudiar y hacer
tareas.

5. Contar con una caja que tenga material básico para
hacer las tareas: lápices, colores, goma de borrar,
pegamento, tijeras, regla, estuche geométrico, papel,
diccionario y libros de consulta.

6. Antes de acostarse, hay que dejar preparado todo lo
que se requiere para el día siguiente: ropa
(uniforme), mochila, la mesa puesta, tener pensado qué
se va a desayunar y, si es posible, dejar listo algo
ya.

7. Pararse con tiempo suficiente para arreglarse y
desayunar sentados. Es indispensable que los niños
hayan desayunado lo suficiente antes de ir a la
escuela.

8. Antes de acostarse hacer un sencillo ejercicio de
relajamiento.

9. Contar con una rutina que vaya preparando al niño a
dormir: bañarse, ponerse la pijama, merendar, ir
cerrando la casa y apagar las luces, escuchar un
cuento, rezar, un beso y taparlo, por ejemplo.

10. Disciplina: no tener miedo a corregir. Los padres
son la autoridad.

11. Reglas claras, centrándose más en lo que el niño
puede hacer que en la prohibición. Dar a conocer las
consecuencias si no se cumple.

12. Los puntos básicos de disciplina no son
negociables. Si ya se ha establecido que no se permite
determinada conducta, evitar hacer excepciones, pues
uno mismo está infringiendo sus propias reglas y
ocasiona confusión y da margen a la desobediencia.

13. Dar las indicaciones con exactitud y respeto,
pero con voz firme, viendo directamente a los ojos del
niño, en lugar de gritarle.

14. Tomar en cuenta que el juego del niño es
importante para él. Dar indicaciones que le permitan
terminar lo que está haciendo. “Por favor ve
terminando y arreglando tus cosas, pues en 10 minutos
salimos”.

15. Un error frecuente: “estoy de buenas, lo tolero o
permito; mi humor está alterado, regaño, castigo y me
enojo porque me desobedecen y no hacen lo que uno les
pide a la primera”.

16. Pedirle las cosas al niño con respeto y ser muy
claro cuándo se tiene que llevar a cabo. Si es de
inmediato, indicarlo en lugar de estar repitiendo la
orden varias veces: uno aviso, dos ejecución.

17. Reconocer el esfuerzo que hace el niño. Si no
logra el objetivo deseado, ayudarlo a que repita la
tarea las veces que sean necesarias hasta que lo
logre.

18. Evitar los golpes, insultos, gritos, empujones o
jalones. Los castigos deben tener la consecuencia
natural a la falta cometida.

19. Los premios deben ir más hacia la estima del niño
y el reconocimiento de su esfuerzo, que gratificarlo
con comida o con objetos.

20. La escuela es la ocupación de los niños y se debe
fomentar que cumplan con ella con responsabilidad.

21. Fijar una meta concreta y realista con el niño
todos los días. Esto le ayudará a darse cuenta de sus
logros y lo motivará a seguir progresando.

22. Evitar hacer comparaciones entre hermanos. Cada
niño es único y tiene sus propias cualidades y
deficiencias. Ayudarlo a que se compare consigo mismo
y se dé cuenta de su propio progreso.

23. Hacer por lo menos una comida en familia diario.
24. Fomentar la convivencia familiar lo más que se
pueda entre semana y dedicar los fines de semana a
hacer actividades que involucren a todos. Limitarse a
ver televisión, aunque estén todos juntos, no es
convivir si no aprovechan el programa para hacer
comentarios, reflexiones, etc.

25. Alentar más al niño en lugar de descalificarlo.
Fijarse en lo que ha logrado, por mínimo que sea e
invitarlo a que haga lo demás igual.

26. Ayudarlos a tomar decisiones: proponer dos o tres
opciones que le permitan libertad de elección al mismo
nivel. Si uno le dice: “pero yo prefiero que...”, ya
no lo está enseñando a elegir. Uno elige por él.

27. Cuando el niño está alterado, hay que ayudarlo a
que reconozca su sentimiento y decirle que uno
quisiera ser un mago pero hay que hacer lo que se
pide.

28. Actitud positiva ante la tarea. A veces ya desde
cómo se le pide que estudie implica una actitud
negativa a dicha actividad.

29. Si uno piensa que el niño no lo va a lograr, así
será. Si uno le enseña a dar pequeños pasos con base
en lo que va dominando, él logrará su meta.

30. No criticar a la autoridad: pareja, profesores,
abuelos, gobierno, etc. Cada vez que uno lo hace, se
descalifica a la autoridad en general.

31. Motivar para el éxito en lugar de utilizar la
amenaza o centrarse en el fracaso: “si no estudias, te
van a reprobar”.

32. Resalten los aciertos del niño, en lugar de poner
taches y recados con rojo constantemente. Si el niño
ve pocos resultados, cada vez trabajará menos. Si se
le reconoce que algo hizo bien, intentará mejorar.

33. Centrarse en la solución del problema: ¿qué puedo
hacer para que por lo menos pueda percibirlo de otra
manera?, en lugar del conflicto o contrariedad.

34. Recordar que todo lo que se hace por el niño, él
ya no lo va a intentar y, por lo tanto, tampoco lo
aprenderá.

35. Los niños deben tener tiempo para jugar de manera
que muevan su cuerpo, utilicen su imaginación y
desarrollen su creatividad. Entre más televisión vean,
menos oportunidades tendrán para pensar y hacer cosas
que les permitan aprender.