Tiene 11 años, estudia en el colegio Delicias y ha ganado un concurso nacional de dibujo para discapacitados. Salvador Martín, con síndrome de Down, ha pasado cuatro días en Eurodisney junto a otros 27 niños
- Salvador, entre Mickey y Minnie -
Tiene el pelo rebelde, los ojos azules y la cara cubierta de pecas. Salta del sillón cada vez que el Real Madrid encaja un gol y en su cajón de juegos son mayoría los muñecos de Playmobil. Salvador Martín Guerra acaba de regresar de realizar el viaje de sus sueños. Este cacereño de once años, alumno del colegio público Delicias, ha ganado el concurso nacional de dibujo infantil que convoca la Fundación Mapfre para niños con discapacidad. Salvador -no le gusta que le llamen Salva, aclara- tiene síndrome de Down. El lema del certamen de este año era 'El viaje de tus sueños' y los participantes tenían que plasmar sobre el papel el destino que les gustaría conocer. Salvador no dibujó un lugar concreto. Cogió las acuarelas y pintó un barco en alta mar con un gran nubarrón sobre sus velas y un sol creciente. Su propuesta gustó. Tanto, que su dibujo ha obtenido el primer premio del concurso -se han presentado más de 300 participantes-. Hace dos semanas Salvador fue a Madrid para recoger su recompensa. No viajó sólo. Le acompañaron sus padres, Salvador e Isabel, 27 compañeros de la Asociación Down Extremadura, 14 monitores y Adela Domínguez, presidenta regional del colectivo al que Salvador pertenece desde que nació. Todos llevaron en sus maletas ropa para cuatro días.Primera parada. La expedición se dirigió al hotel Auditorium, donde la Infanta Elena entregó, de manera simbólica, el galardón a Salvador: un viaje a Eurodisney (París) para, nada más y nada menos, que 42 personas con todos los gastos pagados. El premio de Salvador se había convertido en el premio de sus compañeros de Down Extremadura. Y, por supuesto, en el mejor premio para sus padres. «La infanta es muy agradable y muy cariñosa con los niños», comenta Isabel, la madre de Salvador. Ellos también acompañaron a su hijo a París. Tras pasar un día completo en la capital de España, Salvador, sus padres, sus compañeros de Down Extremadura y sus monitores cogieron el avión e iniciaron el viaje soñado. Cuenta Salvador padre que al niño de pelo rebelde y ojos claros no le impresiona volar. Está acostumbrado desde que era pequeño. «Veraneamos en Canarias todos los años», detalla. A Salvador hijo, de hecho, lo que más le ha gustado de su escapada parisina ha sido ver y tocar a su personaje de Disney preferido: Goofy. «Ha sido como un sueño», resumen los progenitores.Salvador padre, Salvador hijo, Isabel y el resto de viajeros ya están de regreso. Han vuelto a casa. Y con ellos los temores e inquietudes que comparten los familiares de las personas con síndrome de Down. «Nos preocupa el futuro de Salvador», confiesa Isabel. «Queremos conseguir que estos niños sean autónomos cuando sean mayores», agrega el padre. Con este fin, la Asociación Down Extremadura puso en marcha en 2007 un proyecto pionero que consistía en que nueve jóvenes mayores de edad compartieran piso y tareas bajo la supervisión de monitores especializados.A Salvador todavía le faltan siete años para soplar las 18 velas. Pero sus padres comienzan a plantearle pequeños retos en su vida cotidiana. Este curso, por ejemplo, ha empezado a ir solo al colegio. «Nos preocupa mucho su formación educativa», concluyen Isabel y Salvador, los padres del niño que un día dibujó su viaje
Tiene el pelo rebelde, los ojos azules y la cara cubierta de pecas. Salta del sillón cada vez que el Real Madrid encaja un gol y en su cajón de juegos son mayoría los muñecos de Playmobil. Salvador Martín Guerra acaba de regresar de realizar el viaje de sus sueños. Este cacereño de once años, alumno del colegio público Delicias, ha ganado el concurso nacional de dibujo infantil que convoca la Fundación Mapfre para niños con discapacidad. Salvador -no le gusta que le llamen Salva, aclara- tiene síndrome de Down. El lema del certamen de este año era 'El viaje de tus sueños' y los participantes tenían que plasmar sobre el papel el destino que les gustaría conocer. Salvador no dibujó un lugar concreto. Cogió las acuarelas y pintó un barco en alta mar con un gran nubarrón sobre sus velas y un sol creciente. Su propuesta gustó. Tanto, que su dibujo ha obtenido el primer premio del concurso -se han presentado más de 300 participantes-. Hace dos semanas Salvador fue a Madrid para recoger su recompensa. No viajó sólo. Le acompañaron sus padres, Salvador e Isabel, 27 compañeros de la Asociación Down Extremadura, 14 monitores y Adela Domínguez, presidenta regional del colectivo al que Salvador pertenece desde que nació. Todos llevaron en sus maletas ropa para cuatro días.Primera parada. La expedición se dirigió al hotel Auditorium, donde la Infanta Elena entregó, de manera simbólica, el galardón a Salvador: un viaje a Eurodisney (París) para, nada más y nada menos, que 42 personas con todos los gastos pagados. El premio de Salvador se había convertido en el premio de sus compañeros de Down Extremadura. Y, por supuesto, en el mejor premio para sus padres. «La infanta es muy agradable y muy cariñosa con los niños», comenta Isabel, la madre de Salvador. Ellos también acompañaron a su hijo a París. Tras pasar un día completo en la capital de España, Salvador, sus padres, sus compañeros de Down Extremadura y sus monitores cogieron el avión e iniciaron el viaje soñado. Cuenta Salvador padre que al niño de pelo rebelde y ojos claros no le impresiona volar. Está acostumbrado desde que era pequeño. «Veraneamos en Canarias todos los años», detalla. A Salvador hijo, de hecho, lo que más le ha gustado de su escapada parisina ha sido ver y tocar a su personaje de Disney preferido: Goofy. «Ha sido como un sueño», resumen los progenitores.Salvador padre, Salvador hijo, Isabel y el resto de viajeros ya están de regreso. Han vuelto a casa. Y con ellos los temores e inquietudes que comparten los familiares de las personas con síndrome de Down. «Nos preocupa el futuro de Salvador», confiesa Isabel. «Queremos conseguir que estos niños sean autónomos cuando sean mayores», agrega el padre. Con este fin, la Asociación Down Extremadura puso en marcha en 2007 un proyecto pionero que consistía en que nueve jóvenes mayores de edad compartieran piso y tareas bajo la supervisión de monitores especializados.A Salvador todavía le faltan siete años para soplar las 18 velas. Pero sus padres comienzan a plantearle pequeños retos en su vida cotidiana. Este curso, por ejemplo, ha empezado a ir solo al colegio. «Nos preocupa mucho su formación educativa», concluyen Isabel y Salvador, los padres del niño que un día dibujó su viaje
soñado.