Ana Belén Salas lucha para que su hija autista pueda continuar su educación sin ir a PROA como le exigen
02.08.10
Dolida, enfadada, disgustada y dispuesta a llegar hasta donde haga falta se encuentra Ana Belén Salas, madre de Elena una niña de seis años con problemas de autismo.
En septiembre, con la llegada del curso escolar, deberá elegir entre llevar a su hija al centro Proa o mudarse a Badajoz para que continúe con su formación académica en aulas especiales que la capital pacense sí tiene. Esas son las opciones.
«No tengo nada en contra de Proa, lo que ocurre es que mi niña es demasiado pequeña para ir allí, y además siento que estos cuatro años que lleva escolarizada no le han dado lo que necesita. Para mí, Proa es segregación. Bastante tiene con ir a dos colegios durante la semana porque eso no la viene nada bien».
Entre semana, Elena acude al colegio Francisco Aldana, su escuela de referencia, y al Donoso Cortés donde se encuentran las aulas específicas en las que se realiza una educación más individual con los chavales, que no llegan a la media docena.
Los sábados llega el mejor momento de la semana para la pequeña, porque es el turno de subirse a lomos de un caballo y seguir la terapia equina que realiza junto al rejoneador Nano Bravo, al que su madre está muy agradecida.
Ana Belén no entiende porque existe tanta diferencia con Badajoz, donde existen cinco centros de día y siete aulas específicas,y por ello pide que la situación en Cáceres sea mínimamente similar. «Mi hija tiene problemas de comunicación, le cuesta mucho hablar, tan sólo puede decir unas ocho palabras y se pone muy nerviosa con los cambios de lugar. Mi hija tiene un problema, no es un problema y Extremadura somos todos, Cáceres y Badajoz».
Ana Belén cuenta con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Autismo. También con el de otras madres que tienen hijos con la misma enfermedad que Elena. Muchas de ellas de la asociación Aftea. Actualmente son 50 familias las que están inscritas en esta asociación, aunque se estima que los casos que hay en la provincia sean más, incluso algunos que aún están sin diagnosticar.
«Sé lo que tengo en casa, pero creo que también deben mejorar el profesorado que trata con nuestros hijos. Extremadura tiene muchas cosas buena, pero lo más valioso somos las personas, se debería invertir en nosotros», argumenta.
La madre de Elena vende cupones de la Once en la Avenida de España, y cuenta con la ayuda de una logopeda que está con la niña todos los días y le enseña a relacionarse con los demás. «Mi hija es muy simpática pero tiene que tener confianza contigo, para abrirse», afirma.
Tener un hijo con problemas es tremendamente difícil, los padres que deben convivir con esas diferencias diariamente se hacen duros contra las adversidades. Ana Belén, por ejemplo,no llega a perder el sentido del humor mientras expone la historia de su hija, aunque a ratos baja el ánimo.
El pasado abril envió un email al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que aún no la ha contestado, pero ella tampoco en esto pierde la esperanza.