La Asociación Síndrome de Down o Alzhei Cáceres ven recortados sus ingresos, mientras que en Cáritas o el Banco de Alimentos aumentaron en 2010
Menos ingresos, menos donativos. Desde 2007, año que se considera como el inicio de la crisis económica, el poder adquisitivo de muchas familias ha descendido paulatinamente, la administración pública tiene cada vez más problemas económicos y el sector empresarial ha visto reducidos sus beneficios.
Las oenegés son instituciones que funcionan gracias a la solidaridad de la administración pública, de los ciudadanos y de las empresas. En momentos de crisis, en los que la economía se resiente, las donaciones descienden y con ellas los ingresos de las asociaciones sin ánimo de lucro.
Sin embargo, los responsables de las diferentes organizaciones cacereñas son optimistas y continúan desempeñando sus funciones de manera regular. Además hay situaciones puntuales que tocan la fibra sensible de los ciudadanos y hacen crecer de manera excepcional los donativos de particulares. «En 2010 hemos recibido muchas más donaciones y han aumentado los ingresos debido a las campañas solidarias con Haití», reconoce Inmaculada Godoy, secretaria general de Cáritas.
Las oenegés relacionadas con temas de dependencia son las que más sufren el descenso en el volumen de ingresos. El recorte presupuestario del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD), influye de manera directa en este tipo de asociaciones. «En 2011 no va a salir el programa de Ocio de la Junta ni el de Reformas y Equipamientos, por segundo año consecutivo», dice Andrés Talavero, director gerente de la Asociación Síndrome de Down Extremadura.
Esta medida también afecta a Alzhei Cáceres, Asociación Cacereña de Familiares de Enfermos de Alzheimer, y a Cocemfe, Federación de Asociaciones de personas con Discapacidad Física de Cáceres.
«Para paliar este problema tratamos de aprovecharnos de los programas de ocio de los ayuntamientos y de las Universidades Populares», apunta Talavero. El resto se financia con fondos propios, tratando de estirarlos lo máximo posible.
Menos socios
En relación al número de socios, que con sus aportaciones económicas mantienen el funcionamiento de estas organizaciones, también se está viviendo un descenso. Un buen número de afiliados se han dado de baja o no han pagado sus cuotas. La crisis es la principal culpable, o eso apuntan las diferentes directivas. «Hemos notado un considerable aumento de las bajas de los socios», reconoce Marisa Hernández, coordinadora de Alzhei Cáceres.
Uno de los aspectos más negativos de la crisis es el aumento del porcentaje de parados. A las consecuencias de este suceso, de sobra conocidas, se le une que el descenso en el número de declaraciones de la renta perjudicará a las oenegés que reciben dinero gracias a la casilla de los fines sociales. «Prevemos una reducción de entre el 15 y el 20 por ciento de los ingresos que recibimos por este medio», calcula la secretaria general de Cáritas.
La solución pasa por organizar actividades que puedan repercutir positivamente en las arcas de las respectivas asociaciones. «Hemos vendido camisetas y organizado conciertos -expone Hernández- y estamos contentos con el resultado, ha salido bastante bien». También Down Cáceres realiza actividades de este tipo, sin ir más lejos el pasado fin de semana estuvieron en el Centro Comercial Ruta de la Plata vendiendo artículos que realizan sus socios en los talleres de la Asociación.
La administración pública mantiene sus convenios de colaboración con las diferentes organizaciones. La Asociación Española Contra el Cáncer de Cáceres (AECC) recibe ayuda económica del Ayuntamiento, la Diputación y la Junta, el Banco de Alimentos tiene varios convenios de colaboración, entre los que destaca el que firma con el Fondo Especial de Garantía Agraria, la Junta ha mantenido el convenio con Alzhei Cáceres y el Ayuntamiento financia el 50 por ciento de su programa de ayuda a domicilio, por su parte Cáritas tiene una subvención nominativa directa por parte de la Junta para su programa Personas sin Hogar. «Desde hace dos años no se aplica la subida del IPC a las subvenciones», afirma Godoy. «La administración tarda en pagar, pero paga y eso da una gran tranquilidad», reconoce Marisa Hernández.
Algunas asociaciones no han notado excesivamente la influencia de la crisis. «En los últimos ocho años nos mantenemos más o menos igual en los ingresos por donaciones particulares», dice Delfín Hernández , presidente de la AECC. Incluso han aumentado las horas destinadas a sus programas y el número de los mismos. En una situación similar se encuentra el Banco de Alimentos, que en 2010 ha duplicado los kilogramos de alimentos recolectados.
No hay un indicador claro, pero parece que en tiempos de crisis somos más solidarios con asociaciones que desarrollan su actividad en el ámbito de la pobreza que con la que trabajan en aspectos de dependencia de personas.