Publico éste precioso artículo del semanal XL que aparece en la sección "la carta de la semana" (J. Nicolás)
Son las 15,20 horas, voy en el autobús a mi casa, donde me esperan mi marido y mis cinco hijos, después de una mañana de trabajo. Voy pensando en todo y nada, desde en la vuelta al cole hasta en si algún día quebrará la Seguridad Social. De repente, para el autobús y observo por la ventana a una madre de unos 70 años con su hija. Calculo que tendrá unos 40 años, tiene síndrome de Down, va vestida elegantemente a la vez que infantil. Me agrada verla sonreír y enseñarle a su madre lo bien que le sienta la diadema de flores: la madre la mira y le devuelve la sonrisa, se levanta y le cede su asiento. Ella le da un beso en la mejilla y la aprieta con amor, y pienso cuánto habrá sufrido esta madre por su hija, cuántas noches en vela llorando, la lucha diaria por sacarla adelante en esta sociedad tan cruel y ahora con edad de ser abuela sigue paseando con su hija, feliz y satisfecha de haber llegado hasta aquí. Ese beso por el asiento, libre, sincero, humilde y verdadero, bien vale lo pasado. Enhorabuena a todos los padres que han decidido seguir adelante con el embarazo ante un diagnóstico tan duro y mi pésame a los que han abortado; nunca recibirán ese beso.
Cristina Alonso. (Valladolid)