jueves, 29 de enero de 2009

Javier, el jóven con Síndrome de Down que sí trabaja en el Congreso


Javier Dorronsoro en los pasillos del Congreso

Hace un año que trabaja en el Congreso, donde le conoce casi todo el mundo, se llama Javier y hoy es noticia a raíz de la pregunta que hizo Izaskun, otra joven con síndrome de Down, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el programa de TVE "Tengo una pregunta para usted". [Vea el vídeo]
Izaskun le preguntó en voz bien alta, en el momento más visto de la emisión, por qué en el Congreso de los Diputados no se ve trabajar a ninguna persona con síndrome de Down, y después, ya fuera del objetivo de las cámaras, entregó su currículum al presidente.
Lo que ella no sabía entonces, y probablemente tampoco el jefe del Ejecutivo, es que sí hay un trabajador con su misma discapacidad en la Cámara Baja, concretamente en el grupo parlamentario popular.
Javier Dorronsoro, de 21 años, es asistente del grupo, donde se ocupa de repartir, clasificar y distribuir el correo dirigido a los diputados del PP, según explica.
Sus funciones le obligan a moverse durante su jornada laboral por todas las dependencias del Parlamento, que se conoce al dedillo, y asiente con una sonrisa cuando se le pregunta si ello le convierte en una de las personas más conocidas de la casa.
Este lunes vio el programa en el que Rodríguez Zapatero respondió a las preguntas de los ciudadanos, y le gustó especialmente la de Izaskun, cuando pidió trabajo para reseñar las dificultades que tienen las personas con alguna discapacidad para incorporarse al mundo laboral.
No parece ser este el problema de Javier, quien confiesa sentirse muy a gusto en el grupo parlamentario popular y donde afirma haberse integrado "sin dificultad".
Le hubiera preguntado por la subida de la luz
Pero él no le hubiera preguntado a Zapatero, de haber tenido la oportunidad, por su situación laboral, sino "por la subida de la luz, por el agua, la cuesta de enero, por Obama y por los daños del temporal en Galicia", confiesa en la entrevista.
El joven Javier Dorronsoro no tendría inconveniente en encontrarse por los pasillos con la ya famosa Izaskun, aunque fuera como empleada del grupo socialista.
De hecho, en el Parlamento hay tres ujieres que accedieron al puesto gracias al turno de discapacidad que las Mesas del Congreso y el Senado crearon en 2003, con reserva del diez por ciento de las plazas convocadas para funcionarios, laborales y becarios.
A Javier lo que más le gusta de su tarea es la buena relación con los compañeros -"me divierto mucho", apunta- con su jefa María Jesús, a la que define sin rubor como "maravillosa" y, cómo no, el aperitivo que comparte con ellos los viernes, al final de la mañana.
En correspondencia, ella explica que Javier no sólo es trabajador, cariñoso, eficaz, tan dispuesto que jamás dice que no, sino también "el más alegre de todos", lo cual supone un agradecido soplo de "aire fresco" en el ambiente político.
Javier Dorronsoro posa pacientemente ante el fotógrafo en el pasillo principal del Congreso, con su jersey rojo, su camisa a rayas y una amplia sonrisa.
Enseguida se dirige a su mesa de trabajo, en la tercera planta de uno de los edificios parlamentarios. De camino, no para de saludar: a unos ujieres, a un funcionario, a un policía...