Desde la asociación Down Extremadura luchan por que los jóvenes logren ser autónomos e independientes. Para ello, han puesto en marcha el programa 'Aprendiendo a vivir', que enseña a las personas con síndrome de Down mayores de edad a valerse por sí mismas en el ámbito doméstico. Pero para lograr su plena autonomía, insisten desde la asociación, la sociedad debe darles una oportunidad. El acceso al mundo laboral es una pieza clave para lograr este objetivo. La delegación cacereña de Down Extremadura atiende a 44 personas con síndrome de Down, de las que 12 son mayores de 16 años y, por tanto, pueden trabajar. En estos momentos, sólo uno de ellos tiene un empleo fijo, en Carrefour. Y Jacinto García lo ha tenido hasta hace unas semanas. Trabajaba en las oficinas de la Consejería de Igualdad y Empleo en Cáceres, gracias a un convenio que la asociación mantenía con la Junta de Extremadura y que está pendiente de renovar.
Jacinto, un seguidor incondicional del Barcelona y aficionado a la natación, echa de menos a sus compañeros de oficina, con los que compartía el café de media mañana. Se aburre en casa. Quiere trabajar. Durante los últimos ocho años, se ha encargado de repartir carpetas, hacer fotocopias o ir al registro. Dentro de unos días participará en la segunda fase del proyecto 'Aprendiendo a vivir'. Tiene novia, Elena, y visita con frecuencia la piscina climatizada del centro deportivo de El Perú, donde acude a nadar solo, sin ningún tipo de ayuda.
Jacinto, un seguidor incondicional del Barcelona y aficionado a la natación, echa de menos a sus compañeros de oficina, con los que compartía el café de media mañana. Se aburre en casa. Quiere trabajar. Durante los últimos ocho años, se ha encargado de repartir carpetas, hacer fotocopias o ir al registro. Dentro de unos días participará en la segunda fase del proyecto 'Aprendiendo a vivir'. Tiene novia, Elena, y visita con frecuencia la piscina climatizada del centro deportivo de El Perú, donde acude a nadar solo, sin ningún tipo de ayuda.