La asociación Down Extremadura pone en marcha la segunda fase de su proyecto 'Aprendiendo a vivir', que persigue la autonomía plena de los jóvenes discapacitados
JACINTO García y otros tres jóvenes cacereños con síndrome de Down han hecho las maletas para instalarse en un dúplex de Los Fratres. Viven solos de lunes a viernes y se ven obligados a tomar decisiones por sí mismos. Tienen que hacer la compra en el supermercado o seleccionar una película de la cartelera sin asesoramiento externo. Ha llegado la hora de plantar cara a la vida.
La asociación Down Extremadura ha puesto en marcha la segunda fase del proyecto 'Aprendiendo a vivir', una iniciativa pionera en la región implantada en Cáceres hace dos años para potenciar la autonomía de los jóvenes con discapacidad intelectual de la asociación.
La primera fase se implantó en enero de 2007 en la capital y se dilató durante 24 meses. La asociación alquiló una vivienda en el barrio del Espíritu Santo para que nueve jóvenes mayores de edad con síndrome de Down aprendieran a vivir fuera de su casa familiar. «La experiencia ha sido francamente positiva. Los chavales han adquirido un nivel mayor de autonomía», reflexiona Adela Domínguez, coordinadora de la sede cacereña de Down Extremadura.
Supervisados en todo momento por monitores de la asociación, los nueve chavales se enfrentaron a la aventura del día a día: desde poner una lavadora hasta preparar la comida. Los participantes se dividieron en dos grupos, de forma que se turnaban cada siete días. Una semana convivían en la casa cuatro jóvenes y otra semana lo hacían los otros cinco.
En esta segunda fase hay cambios. Los inquilinos de Los Fratres conviven de forma permanente mientras dure el programa, salvo los fines de semana. No hay rotación de compañeros. De momento, esta nueva etapa ha comenzado con cuatro participantes. Si el número de jóvenes dispuestos a convivir crece, la asociación alquilará nuevas viviendas. «Se trata de preparar a estos chicos para que puedan llevar una vida autónoma. Para eso, potenciamos la toma de decisiones en esta nueva fase», insiste Adela Domínguez. Y añade: «Tenemos muchas ilusiones puestas en este proyecto».
Aunque los profesionales de Down Extremadura seguirán supervisando el día a día de los nuevos inquilinos de Los Fratres, son ellos los que tienen que decidir qué compran o qué película van a ver al cine. Por las noches, además, un técnico de la asociación duerme en la vivienda alquilada.
Los requisitos
Para participar en la segunda fase de 'Aprendiendo a vivir' era indispensable haber formado parte de la primera etapa del proyecto. «Tienen que ser personas que ya hayan adquirido un cierto grado de autonomía porque, de lo contrario, sería una falta de responsabilidad», subraya la coordinadora de Down Extremadura en Cáceres.
El objetivo final del proyecto es que los chicos como Jacinto puedan elegir libremente dónde vivir y con quién vivir. «Existen residencias para personas con síndrome de Down y pisos tutelados. Nosotros queremos crear una red de pisos dirigidos por la asociación», matiza Domínguez. 'Aprendiendo a vivir' cuenta con el apoyo de la Fundación Valhondo Calaff.
Down Extremadura impulsa la autonomía de sus jóvenes, además, con un programa de ocio que incluye botellones 'light', visitas al karaoke o cenas. Se trata, en definitiva, de que Jacinto y el resto de chicos hagan su vida. Como ellos quieran, sin que nadie decida por ellos.
La asociación Down Extremadura ha puesto en marcha la segunda fase del proyecto 'Aprendiendo a vivir', una iniciativa pionera en la región implantada en Cáceres hace dos años para potenciar la autonomía de los jóvenes con discapacidad intelectual de la asociación.
La primera fase se implantó en enero de 2007 en la capital y se dilató durante 24 meses. La asociación alquiló una vivienda en el barrio del Espíritu Santo para que nueve jóvenes mayores de edad con síndrome de Down aprendieran a vivir fuera de su casa familiar. «La experiencia ha sido francamente positiva. Los chavales han adquirido un nivel mayor de autonomía», reflexiona Adela Domínguez, coordinadora de la sede cacereña de Down Extremadura.
Supervisados en todo momento por monitores de la asociación, los nueve chavales se enfrentaron a la aventura del día a día: desde poner una lavadora hasta preparar la comida. Los participantes se dividieron en dos grupos, de forma que se turnaban cada siete días. Una semana convivían en la casa cuatro jóvenes y otra semana lo hacían los otros cinco.
En esta segunda fase hay cambios. Los inquilinos de Los Fratres conviven de forma permanente mientras dure el programa, salvo los fines de semana. No hay rotación de compañeros. De momento, esta nueva etapa ha comenzado con cuatro participantes. Si el número de jóvenes dispuestos a convivir crece, la asociación alquilará nuevas viviendas. «Se trata de preparar a estos chicos para que puedan llevar una vida autónoma. Para eso, potenciamos la toma de decisiones en esta nueva fase», insiste Adela Domínguez. Y añade: «Tenemos muchas ilusiones puestas en este proyecto».
Aunque los profesionales de Down Extremadura seguirán supervisando el día a día de los nuevos inquilinos de Los Fratres, son ellos los que tienen que decidir qué compran o qué película van a ver al cine. Por las noches, además, un técnico de la asociación duerme en la vivienda alquilada.
Los requisitos
Para participar en la segunda fase de 'Aprendiendo a vivir' era indispensable haber formado parte de la primera etapa del proyecto. «Tienen que ser personas que ya hayan adquirido un cierto grado de autonomía porque, de lo contrario, sería una falta de responsabilidad», subraya la coordinadora de Down Extremadura en Cáceres.
El objetivo final del proyecto es que los chicos como Jacinto puedan elegir libremente dónde vivir y con quién vivir. «Existen residencias para personas con síndrome de Down y pisos tutelados. Nosotros queremos crear una red de pisos dirigidos por la asociación», matiza Domínguez. 'Aprendiendo a vivir' cuenta con el apoyo de la Fundación Valhondo Calaff.
Down Extremadura impulsa la autonomía de sus jóvenes, además, con un programa de ocio que incluye botellones 'light', visitas al karaoke o cenas. Se trata, en definitiva, de que Jacinto y el resto de chicos hagan su vida. Como ellos quieran, sin que nadie decida por ellos.
3 OPINIONES
11/Mar/2009 |
conocí a Jacinto
Conocí a Jacinto cuando, como voluntario, organizabamos fiestas de fin de curso en el hogar infantil Julián Murillo... fiestas en común entre el centro de menores y la asociación.... Aún recuerdo a Jacinto cantando "la flaca" (era el éxito de moda) Aquellas dos ediciones de la fiesta de fin de curso que tuve el placer de organizar me enseñaron muy de cerca lo que era este síndrome... y sobretodo comprobé la MAGIA que emana de estos niños.... que hoy ya son hombres (y de provecho) Me alegra profundamente esta noticia. Un abrazo a todo el colectivo de la asociación.... Hugo
Mi enhorabuena a la Asociación Sindrome de Down de Extremadura y en este caso concreto a su Sede de Cáceres, que ha propiciado este nuevo reto para los jóvenes.
Carmen
Carmen
Sin duda,estos cuatro jovenes estan llevando a cabo una experiencia pionera que tanto los padres como las instituciones debemos apoyar, así como concerla más a fondo, para implantarla en otras localidades extremeñas. Enhorabuena a los muchachos, a la Fundación que la apoya y a los padres y profesionales de Cáceres