sábado, 12 de diciembre de 2009

El Gran Teatro levanta el telón a la inserción de la discapacidad

Jóvenes de Down Extremadura se van a formar para trabajar como acomodadores.


Algunos de los jóvenes de Down Extremadura que
participarán en el proyecto de inserción laboral

El Consorcio Gran Teatro y la Asociación Down Extremadura firmaron ayer un convenio para formar e insertar laboralmente a personas con síndrome de Down, que trabajarán como apoyo a los acomodadores. Con eso, el teatro cacereño se convierte en la primera institución cultural de la región que contará entre sus empleados con estas personas. "Lleguen insertarse o no, esa formación a todos les vendrá bien", afirmó en la presentación la coordinadora local, Adela Domínguez. El proyecto formativo consta de tres fases en la que se les formará, se les evaluará y se dará trabajo a los chicos de la asociación interesados en participar, en torno a 12 en estos momentos.

La primera fase, que se iniciará de forma inmediata, está dirigida a capacitar a los chicos en el desempeño de las tareas específicas del perfil laboral de apoyo a acomodador. "Dónde van a trabajar, qué es una sala, qué es un espectáculo...", señaló la coordinadora del proyecto, María Morales. Se distribuirán en grupos de entre cinco y siete personas que durante la primera semana recibirán clases teóricas en las instalaciones de Down Extremadura (en el edificio del centro Julián Murillo). Después se trasladarán por las mañanas al Gran Teatro para que se vayan familiarizando con el espacio y la tarea, y más adelante acudirán por las tardes, desarrollando ya el trabajo en el entorno en el que lo van a llevar a cabo, con público y compañeros de trabajo.

"Conocer la distribución de la sala, la numeración de las butacas y la distribución del edificio", son los requisitos básicos para ser un buen acomodador, explicó el director del Gran Teatro Isidro Timón, que propuso que al principio los chicos comiencen "en el patio de butacas, repartiendo programas de mano y acompañando a la gente a su butaca". Después, como cualquiera de los trabajadores de la sala, "estarán dentro y cuando vean que alguien se va a levantar, le acompañarán con la linterna para guiarle hasta la salida y esperarle para ayudarle a regresar a su sitio", continuó.

EN ENERO La coordinadora técnica de la asociación, María Morales, estimó que en el mes de enero podrían estar iniciando la fase de prácticas en el patio de butacas. Una vez que concluya el periodo de formación, con una duración aproximada de tres meses --son 180 horas, de las que 80 son teóricas y 100 prácticas--, la asociación y el consorcio evaluarán los resultados de los alumnos que han participado en la fase formativa y se seleccionará a los que hayan adquirido el mayor nivel de habilidades, conocimientos y capacidades, para pasar a la última fase de inserción laboral. En torno a cinco de los que participen en la iniciativa firmarán un contrato laboral con la empresa que gestiona la taquilla, para que, al igual que los acomodadores que trabajan habitualmente, puedan trabajar los días que les sea posible.

Cuando ya estén trabajando continuarán igualmente contando con el apoyo de un preparador laboral que progresivamente se irá retirando, para ceder mayor autonomía al joven, hasta que este pueda desempeñar su tarea de forma independiente. "Debemos subrayar la importancia de este convenio cuando las estadísticas señalan que el número de empleos han para personas con discapacidad ha descendido en un nivel considerable", valoró el coordinador del Programa de Vida independiente del colectivo, Manuel Martín.

El colectivo atiende actualmente a 150 usuarios de los que tres personas de Cáceres están insertados laboralmente (dos en centros de educación y uno más en el supermercado de Carrefour), a los que se suman otros en la región ubicados en la Asamblea de Extremadura, las consejerías de Educación o Igualdad. En los próximos días otra chica de Cáceres comenzará en una clínica de diálisis privada.